Grillete.


A mi me persigue un perro negro de dientes amarillos. Siento sus trancos tras mi carrera desesperada y dubitativa, a través de un bosque aparentemente interminable, repetitivo y extenuante, que no me augura el mejor de los desenlaces.
Me exaspera el ejercicio de Atalanta, y el miedo parece correr conmigo riéndose a mi costado. Me sonríe coquetamente con el gozo de los verdugos. Parece disfrutar las pestilencias de mis temores desenfundados. 

Comentarios

Entradas populares de este blog