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Mostrando entradas de noviembre, 2016
Marioneta La verdad nace perfumada de la boca del maestro de su boca de Cesar como alimento consolador de mentes canijas Los primeros mordiscos al dolo tienen el sabor de las glorias y el que tiene hambre come come con ansias ergástuladas por la ignorancia lamiendo el plato de quien asistió sus culpas El lenguaje de las sierpes emponzoña a los pichones implumes El silbido de sus fauces camufla los colmillos aguzados destiladores del nocivo sustrato de la maldad  herramientas viles del engaño empedernido Criaturas bobas frente a dioses falsos, sean su propio Dios Corderos mansos cebados de alimento, rompan las cercas  Quien no riega la semilla de la curiosidad, esta condenado a yacer por siempre en los terrenos mediocres del fanatismo, lodazal succionador de las luces del alma viaje incorregible a falsos campos elíseos.
A la muerte de un pelícano. Es en el delirio último del pelícano cansino por los años, que el honor acoge su embate final hacia las praderas del sueño. Seppuku del valiente; despedida irrevocable a las alas, símbolos augustos de la casa de Eolo; remos plumados de la libertad sempiterna.  Es entonces, cuando la calina atiborre las luces del orbe, o un ocaso carmesí de sangre dolorida, despidan para siempre al desventurado pájaro, que vistiendo sus últimas galas, se abalanza hacia el vacío ciego de sus ojos opacos, y no ha de sentir más las brisas del mundo, ni los guiños del naciente día, ni los azulados abrazos del insondable océano. Al amanecer, las barcazas insomnes por la noche de pesca, hablarán de la ausencia del amigo. Han de aceptar las tragedias del destino, entretanto aguardan la confesión de otros pájaros.