Primer encuentro

Respiró cada poro expuesto
de su humanidad indefensa.
Campo virgen de amapolas.

La impaciencia delata a
quien asecha astuto,
y el miedo se cuela en la callejuela.

Se articula un sonido único
que el silencio devora.
Trepidan las manos.

Lo embriaga su aroma
y la cercanía de su aliento.
La sed de los cuerpos.

Se enmudece la vida
bajo un manto de cuervos.
Efímera alegría; inherte silencio.

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