Que así sea.
En estos días de constantes vericuetos,
deberíamos arroparnos más con letras
que con brazos;
fortaleciendo el camino
del corazón, y no del cuerpo.
En estos días de constantes vericuetos,
deberíamos arroparnos más con letras
que con brazos;
fortaleciendo el camino
del corazón, y no del cuerpo.
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