Allí yace todo.
Tu mirada. Par de estrellas
tímidas en un pasillo distante
que invitan a ser conocidas.
Ahora tu rostro. Tu rostro es
donde Dios quiso hacer saber
que la alegría existe.
Tu mirada. Par de estrellas
tímidas en un pasillo distante
que invitan a ser conocidas.
Ahora tu rostro. Tu rostro es
donde Dios quiso hacer saber
que la alegría existe.
Mio*
ResponderEliminarCierto.
ResponderEliminarAgradable encontrar a Dios escrito con su mayúscula.
ResponderEliminarClaro profe, lo aprendí de un libro buenísimo llamado @ortografia. Genial!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar