¿Hasta cuando?

Ya me cansé de las cortezas de arboles comunes.
De las hojas de papel, la arena húmeda,
y del concreto de las calzadas de cada
una de mis estancias.

¿Donde está el lienzo natural de tu piel cuando 
mis dedos claman expresar el mejor trabajo que conocen?
¿Acaso seguirás negándome el derecho de atracar en ti 
este enorme tifón de expresiones del alma?

Ya mentir no sirve de nada, al notar
que tu esencia no te pertenece más,  y que clama
ser bebida por el monstruo de los deseos recónditos.

Si te parece bien, propongo explorarnos juntos; 
y allí donde las sonrisas dejan de ser tímidas, 
que tal si dejándonos llevar, hambrientos de ideas nuevas... nos conocemos.

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